ISIS
Y OSIRIS
Es muy conocida y profunda la historia
de amor de Isis y Osiris. Un dios bienhechor y agrícola, muerto por traición y
luego resucitado gracias al amor de su esposa, la cual después educa al hijo de
ambos Horus, con astucia y amor, responde a rasgos profundos de la naturaleza
humana.
Ella es el símbolo más radiante del amor
eterno y el canal por el cual circula la energía divina.
El, es el símbolo del poder
transmutatorio capaz de apaciguar las fuerzas creadoras más temibles y
canalizar la energía para que sea creadora de plenitud.
Y son el amor, la fidelidad y la dulzura
los que confieren a esta pareja, una soberanía real.
La Fuerza del Amor es la que todo lo Une
con sus hilos mágicos, ella traspasa todos los límites de la existencia, que
aparentemente nos separan.
Por eso cuando los corazones logran
establecer vínculos íntimos, puros, profundos, no hay distancias ni obstáculos
en la vida ni en la muerte capaz de separarlos. Es el corazón el que podrá
sentir la presencia secreta, invisible, del ser amado acompañándole más allá
del espacio y el tiempo.
Un escrito de Jorge Adoum nos muestra
las diferencias entre las energías masculinas y femeninas y la necesidad de la
complementación de ambas:
- El hombre es la mente que piensa, la
mujer es la intuición que inspira…
Pensar es tener cerebro, intuir es tener
corazón; el cerebro obra, el corazón adivina.
- El dios hombre lanza su rayo cual
Júpiter, Minerva mujer derrama la sabiduría…
Él, la fuerza y el poder, ella el
consejo y la previsión; la fuerza vence la sabiduría convence.
- El hombre como cerebro, cual dínamo
fabrica fuerza, la mujer como corazón produce amor; la fuerza mata, el amor
resucita.
La palabra descendida del cerebro hiere,
la palabra ascendida del corazón, cura.
El hombre es el fuego divino, la mujer
es la que mantiene este fuego sagrado en él.
EN
EL LABERINTO DE LA VIDA NO ME PERDERE..... BUSCÁNDOTE
YO
SE QUE EN TU MIRADA TE RECONOCERÉ....
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